Problema del higado sintomas

Función hepática
El hígado es un órgano vital que desempeña muchas funciones importantes. La cirrosis es una cicatrización permanente del hígado causada por una serie de enfermedades y afecciones hepáticas, como la hepatitis y el abuso del alcohol. Aunque incurable, un diagnóstico y tratamiento precoces pueden detener o retrasar su avance, minimizar los daños y reducir las complicaciones.
Si padece cirrosis hepática, es importante que evite el consumo de alcohol para prevenir daños mayores en el hígado. Reduzca el consumo de sal y asegúrese de comer mucha fruta y verdura fresca, así como proteínas magras. Es buena idea tomar comidas y tentempiés ricos en proteínas con frecuencia, cada 3 o 4 horas.
Para ayudar a prevenir la cirrosis, limite el consumo de alcohol a las cantidades diarias recomendadas y vacúnese contra la hepatitis B. Practique sexo seguro y utilice jeringuillas seguras (es decir, no las comparta) para prevenir la infección por hepatitis.
La cirrosis significa que el hígado está gravemente cicatrizado. En la mayoría de los casos se trata de una enfermedad crónica, lo que significa que la padecerá el resto de su vida, aunque un tratamiento adecuado puede reducir el impacto sobre su salud.
Hígado deutsch
Las hepatitis B y C son infecciones que se pueden contraer manteniendo relaciones sexuales sin protección o compartiendo agujas para inyectarse drogas. Utilizar un preservativo durante las relaciones sexuales y no inyectarse drogas reducirá el riesgo de contraer hepatitis B y C.
También puedes notar cambios en tu personalidad, problemas para dormir (insomnio), pérdida de memoria, confusión y dificultad para concentrarte. Esto se conoce como encefalopatía y ocurre cuando las toxinas afectan al cerebro porque el hígado es incapaz de eliminarlas del organismo.
En las últimas fases de la cirrosis, puede vomitar sangre o tener heces negras y alquitranadas. Esto se debe a que la sangre no puede fluir correctamente por el hígado, lo que provoca un aumento de la presión sanguínea en la vena que lleva la sangre del intestino al hígado (vena porta).
El aumento de la presión sanguínea obliga a la sangre a atravesar vasos más pequeños y frágiles que recubren el estómago y el esófago (varices). Estas varices pueden reventar por la presión sanguínea y provocar hemorragias internas visibles en el vómito o las heces.
El hígado descompone las toxinas (venenos), como el alcohol, pero un exceso de alcohol puede cicatrizar y dañar las células hepáticas. Se considera que beben demasiado los hombres y mujeres que beben más de 14 unidades de alcohol a la semana.
Enfermedad hepática deutsch
Las enfermedades del hígado, o enfermedades hepáticas, son cualquiera de las muchas enfermedades del hígado.[1] Si son de larga duración se denominan enfermedades hepáticas crónicas.[3] Aunque las enfermedades difieren en los detalles, las enfermedades hepáticas suelen tener características en común.
La infección vírica por el virus de la hepatitis B o el virus de la hepatitis C provoca un aumento de las especies reactivas del oxígeno. El aumento de las especies reactivas del oxígeno intracelular es de unas 10.000 veces con la infección crónica por el virus de la hepatitis B y de 100.000 veces tras la infección por el virus de la hepatitis C.[25] Este aumento de las especies reactivas del oxígeno provoca inflamación[25] y más de 20 tipos de daños en el ADN.[26] El daño oxidativo del ADN es mutagénico[27] y también provoca alteraciones epigenéticas en los lugares de reparación del ADN. [28] Las alteraciones epigenéticas y las mutaciones afectan a la maquinaria celular que puede hacer que la célula se replique a un ritmo mayor o que la célula evite la apoptosis, contribuyendo así a la enfermedad hepática[29] En el momento en que la acumulación de cambios epigenéticos y mutacionales acaba provocando un carcinoma hepatocelular, las alteraciones epigenéticas parecen tener un papel incluso mayor en la carcinogénesis que las mutaciones. Sólo un gen, el TP53, está mutado en más del 20% de los cánceres de hígado, mientras que 41 genes presentan promotores hipermetilados (que reprimen la expresión génica) en más del 20% de los cánceres de hígado[30].
Síntomas del hígado graso
El hígado es el segundo órgano más grande del cuerpo humano y se encuentra en el lado derecho del abdomen. Es un órgano de color marrón rojizo y textura gomosa que pesa alrededor de un kilo. El hígado está protegido de lesiones externas por una caja torácica ósea. Tiene forma de triángulo y consta de dos lóbulos. El lóbulo derecho es mayor que el izquierdo y ambos están separados por una banda de tejido que lo mantiene unido al diafragma.
Un sistema de tubos denominado árbol biliar que recorre el hígado recoge la bilis y la drena hacia la vesícula biliar o el intestino. La bilis es un importante jugo digestivo segregado por el hígado. Otros componentes importantes del hígado son los conductos intrahepáticos que se encuentran en el interior del hígado y los conductos extrahepáticos que están en el exterior.
Anatómicamente, el hígado está situado debajo de la vesícula biliar, junto con partes del páncreas y los intestinos. Todos estos órganos trabajan en completa coordinación para digerir, absorber y procesar los alimentos. El hígado también filtra la sangre del tubo digestivo antes de que pase al resto del cuerpo.